Les Jardins Oubliés es una fragancia perfectamente integrada. Sus notas están tan bien fusionadas que se perciben todas desde un inicio, si bien cada una de ellas destaca a su manera en su correspondiente fase.
Todo está genialmente amalgamado, como una aleación de notas magistralmente lograda.
Su salida es cítrica, fresca y vibrante, con un limón jovial y alegre. Un limón nada ácido, muy luminoso y con un deje dulce. Me atrevería a decir que se trata un limón del tipo Verna.
Pero la nota cítrica del limón viene en todo momento acompañada de una sutil lavanda. Una lavanda aromática e igualmente fresca, para nada masculina. Una lavanda sin género, tampoco femenina. Una lavanda que va de la mano del limón. Ambas notas nos aportan frescura pero cada una nos ofrece algo singular y distintivo: el limón su dulzura y juventud. La lavanda esa nota aromática con un punto floral precioso. Una sensación de madurez. Poco a poco esa lavanda va adquiriendo matices amaderados muy cálidos, sobrios pero inmensamente reconfortantes.
Y claro, esta percepción se consolida gracia a la canela. Una canela suave, cálida y discretamente dulce, muy llevadera y que adquiere matices especiados muy contenidos, nada estridentes. Apenas notaremos esa sensación profunda y picante a que nos tiene acostumbrados la canela.
Esta fragancia es ideal para entretiempo, especialmente para el otoño, momento en que el frío empieza a asomar.
No es una fragancia invasiva, si bien en espacios cerrados os recomiendo atomizar con precaución.
El rendimiento que nos ofrece es espectacular. Proyecta unas 3 horas sobradamente, con una duración de 7 horas de igual forma.
Una fragancia que te sumerge en un idílico paisaje fresco, en un jardín en donde la vegetación ya ha florecido y se encuentra en el inicio de su fase de reposo para poder encarar las frías temperaturas del invierno. Te adentra en uno de esos jardines otoñales un tanto descuidados, llenos de hojas de los árboles, con esa policromía tan característica.