ROUGE DÉSIR es, en línias generales, “le parfum fattale” de la colección de Maison Celia.
Sí, así es, se trata de una fragancia que nos transporta a esos ambientes en donde el deseo y la sensualidad toman el protagonismo. Una fragancia ideal para esos encuentros íntimos románticos: una cena, una cita a ciegas o porque no, un encuentro meramente sexual.
Y es que el pecado empieza por una cereza, pero no una cereza al uso. Se trata de una cereza madura, jugosa, pecaminosa y tremendamente natural.
No es para nada una cereza sintética, todo lo contrario; nos encontramos ante una cereza inherente y maravillosamente seductora.
Pero claro, una cereza, por muy encantadora, necesita de su media naranja, de su compañera de viaje: la rosa.
Una rosa roja, madura, aterciopelada y voluptuosa. Una rosa que abraza toda la composición con paso firme, que lo redondea absolutamente todo.
Una rosa tan madura que podemos percibir en ella una ténue nota especiada. Es de esas rosas tan elegantes que son parte indivisible de la composición. Sin ella, nada es lo mismo.
Y por si fuera poco, esa rosa debe transformarse en aquello que deseamos una vez ya conquistados: en una vanilla gourmand, cremosa y de gran calidez, que nos envuelve y nos cautiva como parte final. En este punto, ya nos hemos rendido ante los derroteros del placer.
Ideal para cualquier época del año, es una fragancia perfectamente unisex, que se adapta maravillosamente tanto en una piel femenina como masculina, confiriéndonos matices ligeramente distintos.
Podemos considerar Rouge Désir como el perfume ideal para compartir nuestro yo más íntimo y adentrarnos en un mundo deleitoso y lleno de sensaciones.
De estela más que suficiente, su performance no defrauda en absoluto.
Se trata de una fragancia que está y se la espera.